Cuando atravesamos por situaciones complicadas, es fundamental reconocer que el sufrimiento que sentimos es una circunstancia natural del ser humano. No es una circunstancia especial, única y exclusiva de ti. El que te sientas frustrado, solo y triste, no tiene que ver contigo como individuo, y no es porque te lo merezcas, porque sea un castigo o porque haya algo mal en ti.

 

Descubrir que hay más cosas que nos unen como personas y son más importantes, que aquellas que interpretamos qué nos separan, o nos hacen diferentes, nos puede ayudar a comprender que el dolor es parte de nuestra naturaleza humana.

 

Uno de los primeros pasos para manejar el sufrimiento y el malestar, es aprender a reconocer los pensamientos negativos que nos invaden y nos juzgan. Estos pensamientos automáticos a menudo contribuyen significativamente a nuestro malestar emocional.

 

Para ello, es importante identificar tus emociones, nombrarlas, aceptarlas, conecta con tus valores, buscar hechos y desechar interpretaciones. Para decidir cuando puedes empezar a tomar acciones que te lleven a cambiar tu forma de ver tu situación.

 

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