¿Porqué ASE lo que hace?
La vida moderna presenta una serie de desafíos complejos que requieren habilidades específicas para enfrentarlos de manera efectiva. Sin embargo, tanto los padres como las escuelas, pese a todos los esfuerzos que hacen, a menudo no brindan a las nuevas generaciones, la preparación necesaria para manejar sus pensamientos y emociones de manera saludable.
Esta falta de preparación puede dificultar que los jóvenes identifiquen y expresen adecuadamente sus emociones, lo que puede llevar a problemas de bienestar emocional y dificultades en las relaciones interpersonales.
En un mundo marcado por una competencia implacable y una demanda constante de esfuerzo, los jóvenes de hoy se encuentran en medio de una avalancha de información (correos electrónicos, llamadas telefónicas, memes, post y chats) tanto en el ámbito físico como en el virtual. Esta inundación requiere que la mente se enfrente al atractivo de innumerables estímulos y al mismo tiempo distinga lo crucial de lo intrascendente.
La era digital presenta una serie de desafíos únicos para los jóvenes de hoy en día. Estos desafíos incluyen el acceso constante a una gran cantidad de información, la presión para mantenerse conectado en línea, la exposición a contenidos potencialmente perjudiciales y la dificultad para discernir la relevancia y la veracidad de la información. Además, el mundo digital puede intensificar la comparación social y la sensación de competencia, lo que puede afectar la autoestima y el bienestar emocional de los jóvenes.
En este contexto, el aprendizaje social y emocional (ASE) se vuelve fundamental. El ASE proporciona a los jóvenes las herramientas necesarias para comprender y regular sus emociones, establecer relaciones saludables, tomar decisiones responsables y enfrentar los desafíos de manera efectiva. Ayuda a los jóvenes a desarrollar habilidades de autoconciencia, autogestión, conciencia social, habilidades de relación y toma de decisiones.